"A mí solo me están matando, pero VOLVERÉ Y SERÉ MILLONES......"
TUPAK KATARI
Era 1750. El día en que nació Julián Apaza, los comunarios Aymaras vieron admirados que dos hermosos y enormes mallkus bajaron a Sullkawi en Sica Sica, y se posaron en las montañas cercanas, uno de los cóndores representaba a la Nación Aymara y otro a la Nación Quichwa.
Su madre Marcela Nina salió con la wawa para mostrarle a la Pachamama, y su padre Nicolás Apaza señaló a una enorme serpiente que levantaba la cabeza. Admirados pero sin miedo vieron que la serpiente saludaba al niño, entonces supieron que Julián sería importante para los pueblos Aymara y Quichwa.
Dos años después nació su hermanita Gregoria. Lamentablemente ni Marcela ni Nicolás pudieron ver cómo sus hijos crecían porque cuando Julián tenía 7 años murieron.
Un sacerdote español recogió a Julián Apaza para hacerlo su sirviente. Julián creció como un niño muy inteligente, que se daba cuenta de los maltratos y abusos espantosos que sufría el pueblo Aymara y el Quichwa.
Los abusivos españoles obligaban a nuestros antepasados a trabajar como esclavos sin pago y sin horario en sus fincas o minas. Muchos murieron lejos de sus familias, sin alimento ni ropa ni esperanza. También las mujeres y los niños estaban obligados a la mita y los inhumanos españoles y curas, los trataban horriblemente.
Además estaban obligados a entregar la mayoría de sus productos como un tributo a los españoles y a la Iglesia Católica. En 1697 los españoles decidieron que además de la mita y del tributo en productos, iban a cobrar dinero a nuestros abuelos como ellos no tenían dinero se vieron obligados a dejar a sus familias para ir a las minas y haciendas, pero los patrones les pagaban muy poco y no alcanzaba para pagar el tributo. Entonces eran apresados y maltratados, los convertían en esclavos a ellos y a sus familias y les quitaban sus tierras.
El niño Julián se dio cuenta con espanto que la vida de un Indígena no valía nada para el criminal español, y comparó la cultura europea española de odio y crimen con su cultura Indígena Aymara que era solidaria y armónica.
Julián Apaza creció y se dedicó al comercio de la bayeta y de la coca. Viajó por diferentes comunidades y haciendas, viendo como sus hermanos de raza eran maltratados y asesinados por los españoles, los curas católicos y los mestizos.
En uno de sus viajes a su pueblo Sica Sica, vio un hermoso aguayo hecho con la habilidad de los antiguos y cuando preguntó quien lo había hecho le mostraron a Bartolina Sisa, una joven muy bella a la cual amaría toda su vida y con la cual se casó.
En 1780, Julián oye hablar del Jach'a Katari, el líder Tomás Katari, quien inició una lucha con los Ayllus guerreros Q'aqachacas de Macha frente a los abusos de los españoles. Julián tomó contacto con Tomás Katari, y ambos compartieron sus ideas, en su honor adoptó el nombre de Katari que quiere decir valentía y peligrosidad de la serpiente. Tupak es águila y ese nombre lo usó como símbolo de fraternidad con Tupak Amaru, el héroe Quechua.
Un año después, 1781; el Aymara Tomás Achu se dirigió a la Feria de Ayo Ayo, su familia estaba muriendo de hambre, habían trabajado tanto! y aún así no podían pagar los impuestos. Si los sacaban de la tierra de sus antepasados, donde irían? Estaba dispuesto a suplicar, tal vez los españoles se compadecieran....cuando llegó a la Feria vio a Joaquín Alos, el corregidor que lo explotaba y junto a su esposa e hijos corrieron a suplicarle:
"Tata, no nos quites la tierra...",
Entonces Alos sacó su arma y lo mató de un tiro en la frente…
Ese fue el momento cuando las comunidades en el límite de su indignación se rebelaron frente a tanto abuso, al lado de su líder TUPAK KATARI, la serpiente Aymara.
El encuentro entre los dos Mallkus fue emocionante. El gallardo y culto Amaru, junto al aguerrido y valiente Katari se estrecharon las manos y decidieron que era hora de acabar con la maldad de los invasores españoles.
La Guerra de la Confederación Quichwa Aymara había comenzado. No era un simple levantamiento. Fue una preparación larga entre líderes Aymaras y Quichwas. La lucha del Tawantinsuyu fue dirigida por Tupak Amaru y la lucha del Qullasuyu por Tupak Katari. En el Tawantinsuyu, Amaru convocó a varios sectores incluso los mistis. El caso del obispo Cuzqueño Moscoso y Peralta. Nunca debió hacerlo, ellos lo traicionarían.
Amaru pedía la abolición del tributo, la mita y el reparto, además de la distribución justa de la tierra. Luchó también por reivindicaciones de los mestizos pobres y contra la esclavitud de los afro descendientes. Katari pedía la reconstrucción de la sociedad de ayllus y restaurar nuestra cultura originaria.
Ambos líderes sellaron un pacto de la más hermosa hermandad entre nacionalistas Quichwas y nacionalistas Aymaras. Ambos serían luego horriblemente muertos, pero su sacrificio noble queda en nuestra memoria y en nuestro corazón.
Bartolina Sisa oyó hablar en su comunidad del valiente líder que luchaba con piedras contra las armas de los abusivos españoles y supo que era su esposo. Entonces se fue a luchar a su lado. La pareja Katari-Sisa, dirigió la insurrección con mucha habilidad. Tuvieron varias victorias como contra el abusivo José Pinedo que fue a ayudar a sus hermanos sitiados en Puno pero antes fue a su hacienda en Moho donde fue atrapado y derrotado.
Pese a que nuestros abuelos sólo tenian q'urawas, y hondas, derrotaron varias veces como en Laja a cientos de españoles bien armados, el asesino Seguro la escribió admirado que los Aymaras tenían un espíritu y pertinacia tan horrible que podrían servir de ejemplo a la nación más valiente, pues luchaban desesperadamente pese a estar atravesados de balazos.
Arrasaron Sorata, y en Achachicala hicieron una hermosa obra de ingeniería inundando a la ciudad de La Paz, donde vivían españoles y mistis.
Luego sitiaron la ciudad con 10.000 hombres y mujeres. Los jairas españoles sintieron el hambre en sus cuerpos y estaban muy cercanos a rendirse y abandonar la ciudad.
Asustados los españoles compraron a los mestizos para acabar con la Guerra de Independencia QuichwaAymara.
Usaron la traición de algunos cobardes para que entregaran a Bartolina Sisa, la generala que había dirigido al ejército Aymara y vencedora de la batalla de Chuquiago donde con un pequeño ejército derrota a 400 españoles.
El 2 de julio de 1781, en Laja la guerrera Sisa es traicionada y entregada a los villanos españoles que la asesinan después de hacerla sufrir, sin embargo Bartolina es valiente y orgullosa hasta su fin. Muere a los 26 años.
Esto significó una gran pena para Katari. Mientras tanto, los españoles compraron a 7000 cochabambinos y argentinos para luchar contra los libertarios, quienes borrachos y ansiosos de robar cuanto vieran a su paso, fueron recibidos jubilosamente por los españoles y mestizos en La Paz.
Los mismos españoles relatan que eran una vergüenza por ladrones, cobardes, borrachos e indisciplinados.
En Peñas, se dio la batalla final, Katari es sorprendido y traicionado por el despreciable Tomás Inkalipe. Es capturado el 15 de noviembre de 1781 y muerto de forma horrible, antes de morir nos deja su predicción que hoy se va cumpliendo:
"Nayjaj sapjarukiw jiwyapxittaxa nayxarusti, waranqa, waranqanakaw kutt'anipxani..."
"A mí solo me están matando, pero VOLVERÉ Y SERÉ MILLONES......"
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